¿Cómo impacta la diversidad en un equipo de trabajo?
Por Sandra Felsenstein
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Solemos decir que el equipo es más que la suma de las partes. Y por qué es eso? Porque cuando logramos crear sinergia entre las personas que conforman un grupo de seres, el resultado forma un equipo. Es decir, un grupo de individuos que trabajan con un mismo objetivo, apalancando esfuerzos, generando aprendizajes compartidos y buenas prácticas comunes.
El valor del trabajo en equipo ha ido cobrando cada vez más importancia en los últimos años, tanto en empresas del sector privado como así también en la gestión pública. Y esto es lo que ha generado muchos esfuerzos y estudios para comprender cómo aprovechar al máximo los beneficios de una modalidad de trabajo de estas características.
La globalización, que genera constantes cambios en las tendencias mundiales y las comunicaciones cada vez más rápidas y sofisticadas exigen que, tanto empresas comerciales como cualquier otro tipo de organizaciones, se vean obligadas a ser más eficientes y encarar la optimización en la calidad de sus productos o servicios, en la atención al cliente, en sus procesos de trabajo para reducir costos, etc. En este sentido, no hay duda de que es imperioso ir incluyendo los avances tecnológicos en toda actividad para optimizar procesos y resultados, pero no menos importante es seguir manteniendo el foco en los recursos humanos que deben ser idóneos, pero también dispuestos a implementar las nuevas tecnologías y los cambios que las mismas traen aparejados.
Una de las claves para lograr empresas e instituciones innovadoras, es lograr equipos de trabajo heterogéneos. En este sentido se requiere especial atención sobre los miembros que los componen. Hay que tener en cuenta que un grupo de trabajo lo conforman individuos con intereses, valores, ideas y formas de comunicarse diferentes y también con ritmos diferenciados. Estas diferencias en otros tiempos podían ser percibidas como posibles generadores de desgastes personales, desmotivación, bajo rendimiento o alta deserción, entre otros. Sin embargo, actualmente se interpreta justamente lo contario, es decir, estas diferencias deben ser aprovechadas en pos de un desempeño exitoso, ya que son las que motivan la generación de nuevas ideas y propuestas; en otras palabras, promueven la creatividad. Esto permitirá posteriormente que puedan interactuar de manera alineada, enfocados hacia el objetivo común.
Todo equipo de trabajo, ya sea dentro de una empresa con fines comerciales o bien en una organización de gestión pública, requiere que los objetivos sean muy claros y conocidos en profundidad por todos los integrantes, para lo cual resulta indispensable una excelente comunicación interna. La claridad y fluidez en la comunicación de los objetivos a cumplir, las estrategias a utilizar, los avances y logros que se van obteniendo, resultan de un inmenso valor para sostener la motivación del equipo. Asimismo, y también con el fin de mantener un sostenido entusiasmo de sus miembros, es importante el reconocimiento del desempeño y de los logros que se van obteniendo, tanto en forma individual como del grupo en su acción conjunta. Esto permite alejarnos, en mayor o menor medida de los antiguos procesos de control “por tareas” para pasar al control “por objetivos”, lo que genera empowerment de los colaboradores hacia la empresa u organización, logrando mayor compromiso y consecuentemente mejores resultados.
Si bien el trabajo en equipo requiere un liderazgo claramente presente que guíe su funcionamiento, también resulta de suma importancia que los integrantes individualmente tengan su espacio para expresar sus ideas y sugerencias personales y realizar sus aportes al proyecto general. Este es el cambio de paradigma del “jefe tradicional” al “líder actual”. De esta manera se mantendrá un equipo comprometido y permanentemente motivado.
Estos conceptos son los que ocupan gran parte de la agenda de actualidad, no solamente de los empresarios del sector privado, sino también constituye tendencia generalizada en la Administración Pública, con la clara necesidad de superar el modelo burocrático que caracteriza generalmente a las gestiones estatales y gubernamentales.